jueves, 20 de agosto de 2009

La Meditación (Vipassana)

Hay un practicante de Reiki que siempre, cuando hablamos de la importancia de darnos auto-tratamiento con Reiki, enfatiza la importancia de también practicar la meditación. De hecho, siempre he estado de acuerdo con él, pero a nivel mental. Hasta ahora siempre he practicado la meditación con un fin específico: recargarme de energía para poder sentirme bien, para poder seguir atendiendo a otros, etc. No para realmente observarme, mirar adentro de mí ser.

Ahora que he participado en un retiro de meditación Vipassana de 10 días, por fin puedo, desde un nivel más profundo y vivencial, hablar de la meditación con la intención de dar mi opinión sobre el tema de cómo escoger una forma de meditación entre tantas ….

Existen hoy en día muchas formas de meditar. En general todos invitan a una relajación profunda, muchas veces concentrándonos en el ritmo respiratorio y otras veces adaptando el ritmo respiratorio conscientemente. Luego normalmente se invita a concentrarnos en una u otra cosa. Los más conocidos son mirar una vela o mirar una fruta, aparte de las muchas meditaciones guiadas en que tenemos que visualizar o imaginar cosas (bajar una escalera, estar en un bosque, encontrarnos con un maestro, etc.).

A mi poco me han gustado dichas meditaciones porque no tenía gran capacidad de visualizar cosas y tenía poca paciencia para observar una manzana durante una hora porque no veía la utilidad. De hecho practicaba la meditación “Gassho” de Reiki, la que nos activa la energía en las manos y en el corazón y Joshin Kokyu Ho, la respiración para la purificación, guiando la energía a que llene todo mi cuerpo, lo cual a veces era agradable y fácil y a veces difícil.

Ahora en el retiro de Vipassana siento haber aprendido una mejor forma de meditar, en parte por recordar que el ser humano nunca puede ser feliz si nos apegamos a algo (algún resultado) o si rechazamos algo. Hay que tener equilibrio y serenidad mental (ecuanimidad) ante cualquier estimulo, aunque incluso esa ecuanimidad no tenemos que anhelar angustiosamente, sino hacer lo necesario para poco a poco lograrla.

La meditación Vipassana de hecho funciona maravillosamente en un retiro intensivo porque te encuentras realmente con tus diablos internos por estar 11 horas al día mirando tu interior y sintiendo tus miedos, rencores, angustias y tristezas más profundas que son la raíz de todo sufrimiento. S.N. Goenka dice: “los deseos y los rechazos son la raíz de toda nuestra desdicha”.

Pero para cualquier persona, también para los que no pueden participar en un retiro así, es una forma de meditar que es muy útil porque Vipassana nos regresa a la esencia de la meditación: reconectarnos con nosotros mismos en vez de con algún objeto externo o con una visualización irreal. Aparte, nos invita a agudizar y entrenar la mente para que pueda distinguir las diferentes sensaciones y para que pueda comenzar a enfocarse en eso en vez de tener los diálogos internos que creen falsas realidades. Entonces cualquier meditacion que busca solamente eso y nada más, me parece una muy buena forma de meditar.

Cuando vivamos conscientes de nuestras sensaciones, sabemos mejor qué es lo que nos conviene y se nos hace más fácil actuar congruentemente. Cuando mi oreja me comienza a picar cuando quiero comer algo que no me conviene, o si mi estómago da un pequeño salto ante algo que el ojo no ve que está podrido pero la nariz y el estómago si se dan cuenta, cuanto ya ganamos. Pero si también aprendo enseñar a la mente que no deseo nada ni rechazo nada, ni el dolor, ni la desdicha, ni la muerte, sino que simplemente puedo ser
un observador de mi misma y de la vida, aportando amor y serenidad en todo lo que haga, sirviendo a otros en vez de servir a mi ego (y sus deseos, anhelos, rechazos), podemos poco a poco salir de la desdicha, de la infelicidad.

Eckart Tolle también nos aconseja todos los días sentir el cuerpo desde adentro. Si nos concentramos en nuestras manos un rato, sentimos la energía adentro (latidos, cosquillas, calor, frio, etc.), más como Reikistas eso se nos hace fácil. Pero luego hay que hacer lo mismo conscientemente con todo el cuerpo. Siente como está la coronilla, el cuero cabelludo, la cara, hombros y brazos (muñecas, manos, dedos), el pecho, el vientre, la espalda, las caderas, partes bajas, piernas, pies. Pacientemente sintiendo como está cada parte, podemos poco a poco, percibir ese flujo energético armonioso que sentimos con Reiki también.

Según los practicantes de Vipassana la técnica Reiki no es compatible con el trabajo de ellos, principalmente porque ven que el terapeuta Reiki impone las manos para “apagar” o palear el dolor mientras los practicantes de Vipassana simplemente observan su dolor, recordando que todo es pasajero en la vida entonces tarde o temprano el dolor se irá, cuando la raíz de ese dolor se haya erradicado durante la meditación.

Personalmente creo que con Reiki también ayudamos, de una forma bastante suave, que las raíces de los problemas se van; ¡cuántas veces al poner las manos sobre un lugar doloroso la persona comienza a llorar por problemas muy antiguas que se acuerda! Al entender y mirar su dolor acompañado por unas manos amorosas poco a poco se va el dolor mental/emocional y le invade una paz. Esa paz es la que mejora el sistema físico y se encarga de bajar o desaparecer los dolores físicos. A veces, al recibir un tratamiento Reiki, uno puede pasar por una crisis de sanación: los dolores se agudizan a veces antes de que se disuelvan, lo cual también pasa durante el seminario de Vipassana. Por supuesto tenemos la posibilidad de darnos auto-sanación. El Reiki no es solamente asistencial, como algunos piensan. Y de verdad tratándome a mi misma también he tenido experiencias intensas.

Para mí el Vipassana me ha abierto los ojos a una forma perfecta de meditar (Siddhartha
Gautama se volvió Buda, o sea: se iluminó, con esta técnica). Siento que esta meditación me sirve incluso para ser un mejor canal de Reiki. Pero sigo convencida que podemos hacer mucho bien dando Reiki y dándonos Reiki, mientras sí hay que tener la mente abierta para acordarnos que el Reiki primero va sanando el alma, la parte emocional y mental, y con eso el cuerpo se sana a veces sí, y a veces no, dependiendo de lo que la persona/uno tiene que aprender en esta vida. Otra cosa que Vipassana y Reiki tienen en común: los dos son UNIVERSAL, para personas de todo credo, raza, sexo, etc.

Un ejemplo personal: me he dado cuenta que cuando quería ansiosamente no sentir dolor menstrual, mis manos podían aliviarme un poco, pero muchas veces el dolor aumentaba porque estaba rechazándolo. Ahora que he aprendido de no rechazar el dolor sino observarlo, puedo darme Reiki sin
la angustia de “cuando me alivia el dolor”, sino confiando en que estoy sanando lo interno y lo antiguo primero, contactándome conmigo, recordando que la menstruación no es una enfermedad sino una maravilla de la naturaleza, agradeciendo que me funciona esa parte femenina del cuerpo, etc. Ya tengo más ecuanimidad, a pesar de que los dolores no son menos, y eso un gran avance.

¡! Gracias S.N. Goenka por sus enseñanzas!! ¡! Gracias Buda!! ¡! Gracias Fuerza Creadora!!
Cursos de Vipassana en Perú: http://www.dhamma.org/es/schedules/noncenter/lima.pe.shtml
Más información sobre Vipassana: http://www.spanish.dhamma.org/