La Disciplina

El solo hecho de escuchar o leer esta palabra hace que nos pongamos en alerta o a la defensiva. Somos, en niveles variados, reacios a a seguir normas. Cuando nuestro comportamiento debe modificarse –según nuestros hábitos más comunes– para alcanzar un objetivo, generamos un rechazo inconsciente, y no tanto por llevarlo a cabo sino por la propuesta misma de seguir pautas. 

Sin embargo, cuando este objetivo es de nuestro completo agrado, nos sometemos a cualquier factor de tiempo, fecha, horario, clima, etc., obteniendo un resultado sólido y satisfactorio. Y lo curioso es que ni siquiera notamos que hemos ‘obedecido’ reglas o directivas.

Pero, qué factor mental nos cohibe, cuando determinadas prácticas, que aún siendo beneficiosas para nosotros, son difíciles de seguir? Por qué nos cuesta tanto decir gracias, sonreir, estar en silencio, pedir perdón o perdonar, el desapego, el amar incondicionalmente, etc…?

Existen actividades o disciplinas que nos pueden ayudar a cambiar de actitud pero estas son generalmente boicoteadas por pensamientos y emociones de apego y necesidad. Y una de las formas en que ayudamos a nuestro ego con este boicot es cuando desesperados acudimos a una y a otra vía de “aprendizaje” o guía. Intentamos encontrar la anhelada paz espiritual afuera y cuando nos dictan los pasos a seguir de una verdad que no nos pertenece, frustrados abandonamos la idea.

Yo amo al Reiki y aunque parezca inaceptable, la considero también una disciplina, además de definirse como una técnica, método o sistema. Desde el primer nivel, cuando seguí los 21 días de auto tratamiento, mi trinidad –cuerpo, mente y espíritu– aceptó con euforia la gracia de esta disciplina. Y desde aquella vez hasta la fecha, he logrado con poca dificultad aceptar y seguir las pautas del fluir del Universo.

Si todavía se nos hace difícil decir gracias al despertar, dar los buenos días con una sonrisa, trabajar con satisfacción, pensar positivamente y amar sin condiciones…entonces empecemos una nueva rutina de auto sanación! Necesitamos estar bien. Tenemos que estar bien! Es poco recomendable intentar ayudar a otros si no estamos bien. He leído y escuchado que el Reiki funciona aún si estamos enfermos física y/o emocionalmente. No quiero discutirlo pero sí puedo asegurarles que funciona mucho mejor cuando estamos bien, armonizados y sintonizados con la energía del Universo!

Se me viene a la mente en este momento algo que Eckart Tolle dice sobre el propósito y misión de nuestras vidas. Él considera que nuestro propósito principal o primario es experimentar el presente, estar bien aquí y ahora. Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a estar bien espiritualmente. Lo material y necesario para mantener nuestro plano físico nos viene sin darnos cuenta y en abundancia. Y, permaneciendo en este estado de armonía con nuestro ser, nuestra misión en consecuencia es ayudar a que otros experimenten lo mismo.

Y para terminar, me gustaría también comentar lo que en menos palabras, Mario Moreno “Cantinflas” sintetizó ese mismo pensamiento: “Mi primera obligación es ser feliz (propósito); mi segunda es ayudar a que otros sean felices (misión)”. Interesante! Pero recuerden, lo uno y lo otro son posibles de alcanzar siguiendo y aceptando las leyes del universo, la disciplina natural de nuestro ser...

Hasta pronto, dear Reikistas!