Autor: Bronnie Ware.
Traducción: Marita Choy (mucha gratitud Marita!)
Por muchos años he trabajo brindando cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos que volvían a sus casas a morir. Compartimos muchos momentos especiales. Yo permanecía con ellos durante sus últimas tres a doce semanas de vida.
Las personas crecen mucho cuando son enfrentadas con su propia mortalidad.
Aprendí a nunca subestimar la capacidad de crecer de una persona. Algunos cambios eran fenomenales. Cada persona experimentaba una variedad de emociones, tales como, negación, miedo, ira, arrepentimiento, más negación y eventualmente, aceptación. Cada paciente encontraba la paz antes de partir. Cuando se les preguntaba si se arrepentían de algo o si había algo que harían diferente, varios temas en común aparecían una y otra vez.
Estos eran los más frecentes:
1. Hubiera deseado tener el coraje de vivir una vida mas honesta conmigo mismo, no la vida que otros esperaban de mí.
Este era el arrepentimiento más frecuente. Cuando las personas se dan cuenta de que su vida esta por terminar y cuando miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cuantos sueños quedaron sin cumplirse. Muchas personas no han honrado siquiera la mitad de sus sueños y tienen que morir sabiendo que esto fue debido a las elecciones que hicieron, o dejaron de hacer.
Es muy importante tratar y honrar al menos un sueño a lo largo del camino. Porque en el momento que pierdes la salud, es demasiado tarde. La salud brinda una libertad que muy pocos se dan cuenta hasta que ya no la tienen.
2. Hubiera deseado no trabajar tanto.
Esta expresión viene de cada paciente masculino que he cuidado. Se pierden la juventud de sus hijos y la compañía de su pareja. Las mujeres también hablaron de este arrepentimiento. Pero la mayor parte eran de generaciones antiguas, muchas de las pacientes mujeres no han sido las que mantienen el hogar. Todos los hombres que cuidé, se arrepentían profundamente de haber pasado tanto tiempo trabajando.
Simplificando tu estilo de vida y haciendo elecciones conscientes a lo largo del camino, es posible que no necesites tener el ingreso que piensas que necesitas. Y creando más espacio en tu vida, eres más feliz y te abres a nuevas oportunidades, más adecuadas a tu nuevo estilo de vida.
3. Hubiera deseado tener el coraje de expresar mis sentimientos.
Mucha gente reprime sus sentimientos para estar en paz con los demás. Como resultado, se acomodan en una existencia mediocre y nunca llegan a ser quienes realmente podrían haber sido. De esta manera, muchos desarrollan enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento que guardan.
No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, si bien las personas pueden reaccionar inicialmente cuando cambias tu forma de ser hablando honestamente, al final esto eleva la relación a un nuevo y más saludable nivel. O sucede esto o sueltas la relación dañina de tu vida. En cualquier caso, tú ganas.
4. Hubiera deseado mantenerme en contacto con mis amigos.
A menudo, no se dan cuenta de los beneficios que conlleva mantener los viejos amigos hasta que se encuentran en sus últimas semanas de vida y no siempre sera posible encontrarlos. Muchos se ven tan inmersos en sus propias vidas que han dejado escapar amistades valiosas a lo largo de los años. Hubieron muchos lamentos por no dedicarles a los amigos el tiempo y esfuerzo que merecían. Todos echan de menos a sus amigos cuando están muriendo.
Es frecuente que personas que llevan una vida ocupada pierdan contacto con sus amigos. Pero cuando te enfrentas con la muerte, los detalles físicos de la vida se apartan. La gente quiere ordenar sus asuntos financieros si es posible, pero no es el dinero ni el estatus lo importante para ellos. Quieren ordenar las cosas en beneficio de sus seres amados, aunque usualmente, están demasiado enfermos para realizar esta tarea. Al final, todo se reduce al amor y las relaciones. Eso es todo lo que permanece en las últimas semanas, amor y relaciones humanas.
5. Desearía haberme permitido ser más feliz.
Sorpresivamente, este es uno de los pensamientos más comunes. Muchos no se dan cuenta hasta el final que ser feliz es una elección. Se mantienen estancados en viejos patrones y hábitos. La tan llamada "comodidad" de lo familiar se desborda en sus emociones, así como en sus vidas físicas. El miedo al cambio los hace pretender frente a otros y así mismos, que fueron felices. Cuando por dentro, lo que realmente anhelaban era reir más y que las simplicidades estuvieran presentes en sus vidas una vez más.
Cuando te encuentras en tu lecho de muerte, lo que otros piensen de ti no tiene cabida en tu mente. Que maravilloso es ser capaz de dejar las preocupaciones y sonreir de nuevo, mucho antes de morir.
La vida es una elección. Es TU vida. Elige conscientemente, elige sabiamente, elige honestamente. Elige la felicidad.
Bronnie Ware
http://inspirationandchai.com/Regrets-of-the-Dying.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Con mucha gratitud recibimos tus comentarios!